Gandhi una vez dijo: “ la peor violencia es la indiferencia”
En tiempos de confinamiento, en que el mundo ha migrado a
plataformas digitales para subsistir, esta frase recobra un nuevo significado.
Seguramente, a más de uno les ha invadido la ansiedad de qué estará haciendo la otra persona que no contesta. Esto se debe a que los medios nos han acostumbrado a un nuevo sentido de inmediatez. El famoso “visto” en ese sentido ha sido fuente de discusiones dentro de las comunidades.
En esa línea, como personas o marcas que trabajamos para un público,
nos debemos a ellos y sus necesidades; por tanto, no podemos hacer el proceso
inverso, porque buscarán otra opción (en el mejor de los casos) o peor hablarán
pestes de nosotros.
Los chatbots, en ese marco, cubre con algunas situaciones específicas,
pero aún son sistemas limitados en cierta medida. Por ejemplo, muchos usan
estos bots cuando pasan las consultas el horario de atención y en vez de que
traten preguntas frecuentes, indican los horarios.
Pero, qué pasaría si hay un problema en un servicio de
telecomunicaciones. Por ejemplo:
Se cuenta con una situación de urgencia, en la que se debe comunicar con alguien y le
responde un mensaje que se espere hasta que regresen los trabajadores; lo peor
es que no contestan a la mañana siguiente la problemática, porque debe dar prioridad
el community manager a consultas más
recientes.
Obviamente, se genera en el usuario una situación de
incomodidad y enfado, que podría desencadenar una serie de hechos contra
producentes para la imagen y reputación del servicio que se brinda. Algunas de
las frases que podrías leer es: “su servicio no sirve”, “solo sirven para
cobran”, “tantos años y cada vez peor”,
etc..
Si tu estuvieras en el contexto de ese usuario ¿te sentirías igual o peor?
Pequeñas acciones como programar respuestas a consultas
frecuentes, en especial en horarios de saturación o donde no tengamos personal
a disposición, da un sentido que lo valoras al cliente.
Al tratar a nuestros clientes
como nos gustaría que nos traten, los convertiremos en embajadores de nuestra
marca. Así como las malas referencias vuelan ante un momento de desagrado, también
en una falla de tu competencia o cuando los usuarios pidan recomendaciones de
servicios, tus clientes sacarán pecho
por ti.
Y como dice un dicho popular: “el que calla, otorga”. Si no
sabes responder o no quieres hacerte presente ante una deficiencia estás
aceptando que tu servicio no vale la pena.
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